Padre OTTORINO ZANON
Fundador de la Pía Sociedad San Cayetano
“Jesús, te amo”, fueron las palabras que padre Ottorino repetía continuamente, como último acto de amor y de entrega a Dios, en una cama del hospital de Brescia (Italia), el 14 de septiembre de 1972, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, cuando el Señor lo llamó para siempre a su casa después de un accidente automovilístico.
Había nacido en la ciudad de Vicenza, en el norte de Italia, el 9 de agosto de 1915, en una familia humilde, probada por la pobreza y el sufrimiento, pero rica de fe y de religiosidad. En la sanación prodigiosa de su mamá en el santuario de la Virgen de Lourdes vio el signo del Señor que lo llamaba para ser sacerdote. Fue consagrado en el año 1940 y enviado por el obispo como vicario en una parroquia de la ciudad.
Muy pronto sintió en su propia carne la situación de abandono y de pobreza en que vivían los jóvenes de una zona marginal de la parroquia. Impulsado por signo especiales del Señor y aconsejado por San Juan Calabria, el 24 de mayo de 1941, fiesta de María Auxiliadora, empezó una obra educativa y de promoción para los jóvenes más necesitados. Puso la obra bajo la protección de San Cayetano, el santo de la providencia, dándole el estilo de una familia, donde los muchachos huérfanos y pobres encontraban calor humano, formación cristiana y capacitación profesional.
Se rodeó de colaboradores, e intuyó la necesidad de la figura del diácono al lado del sacerdote. La obra fue creciendo, con el reconocimiento diocesano en el año 1961 y la aprobación pontificia en el año 1991, con el nombre de Pía Sociedad San Cayetano.
Padre Ottorino quiso que sus Religiosos, sacerdotes y diáconos, se pusieran al servicio de la Iglesia asumiendo la responsabilidad de las parroquias en diócesis con problemas o necesidad de clero, trabajando como comunidades religiosas en la pastoral, dando ejemplo de vida comunitaria en un servicio diaconal atento a la realidad de la gente.
Su espiritualidad se resume en algunos puntos esenciales y populares:
- Cristo al centro de todo: “Con Cristo en el corazón, en la familia, en el trabajo”.
- Comunión profunda con el Señor: “Dios está al teléfono. ¿Porqué lo haces esperar?”.
- Atención a la voluntad de Dios: “¿Estoy en mi lugar?”.
- Profunda devoción mariana: “María es la buena madre del Cielo”.
- Fuego misionero: “El apóstol tiene que dar”.
La Congregación tomó el vuelo durante la breve vida del padre Ottorino, y actualmente está presente:
- en Europa: Italia y Albania.
- en Africa: Mozambique.
- en América Latina: Argentina, Brasil, Paraguay, Guatemala, El Salvador.
En Guatemala llegó en el año 1966, en la diócesis de Zacapa, donde era obispo mons. Costantino Luna. Actualmente tiene cuatro Comunidades:
1. Estanzuela (Zacapa), con la parroquia y una comunidad vocacional.(p.Vittorino -00502 - 79335696)
2. San Cayetano (Guatemala ciudad), con la parroquia.(diac.Beppino - 24739055)
3. La Verbena (Guatemala ciudad), con la parroquia y una comunidad vocacional.(diac.Giancarlo 24753774)
4. Tajumulco (San Marcos), con la parroquia y experiencias de voluntariado.(tel.77584600)
Con el pasar de los años la Congregación fue transformándose en la “Familia del padre Ottorino”, en la cual el espíritu diaconal de servicio y de atención a la realidad de la gente, especialmente la más necesitada, está a la base de la vida y del servicio, teniendo como lema las palabras de María: “Aquí está la esclava del Señor”, y como icono el gesto de Jesús que lava los pies a sus discípulos durante la última cena.
La Familia del padre Ottorino está integrada por:
1) Presbíteros y Diáconos permanentes, los cuales viven su consagración religiosa en el servicio pastoral.
2) Diáconos permanentes casados, insertados en sus parroquias, los cuales promueven el espíritu de servicio en su ámbito eclesial, familiar y laboral.
3) Hermanas en la diaconía, mujeres consagradas que viven en pequeñas comunidades, empeñadas en un trabajo profesional para promover la diaconía en los ambientes laborales.
4) Amigos del padre Ottorino, laicos que comparten el carisma diaconal en la familia y en el trabajo.
5) Jóvenes en la diaconía, fascinados por la espiritualidad del evangelio y del padre Ottorino, deseosos de vivir como jóvenes la vocación diaconal.
“Dulce Madre, tú sabes que mi sueño es vivir sólo por Jesús. Ayúdame a realizarlo siempre más intensamente. Haz que arda, que encienda a mi alrededor, que desaparezca, que me consume. Hazme santo y formador de santos”.
2 comentarios:
El padre Ottorino es siempre una oportunidad para evaluar la vida propia, porque uno se frena y se pregunta si está sirviendo lo suficiente o si puede dar mucho, mucho más... Creo que Ottorino diría siempre que se puede dar más, siempre más...
DAR HASTA QUE ARDA/// ES LA MISIÓN DE UN VERDADERO DICIPULO DE CRISTO...
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